Viernes 29:
Estuve en El Rastrillo 2008, realizando mi segunda comisión como redactora de la revista a la que acabo de entrar. Nunca había asistido a un desfile de modas, por lo general todo lo que tenga que ver con moda siempre me ha dado igual.
Sin embargo, la causa de este desfile hizo que esa idea mía, deje de ser indiferente con la moda: Solidaridad y moda; ayudar a niños en situación de abandono. Gran argumento.
Lo que más disfruté sin duda, fue la presencia del grupo de cumbia Bareto...los que presentaron su nuevo disco. Los pies me picaban por bailar, pero tenía que hacer mi trabajo. Igual, no pude tener mejor comisión aquel día. Es genial cuando haces tu trabajo y te diviertes haciéndolo. Trabajar me hace muy bien.
Sábado 30: Mientras enviaba un e-mail (cosa que ahora realizo cada rato al día), alistaba mis cosas para encontrarme con María Inés, Luz, Gonzalo y Gianfranco en el Starbucks del Trigal. Ese mismo día, tenía que estar a las 3 de la tarde en la oficina con mi artículo terminado, para el cierre de publicación.
Llegué tarde y cansada, recien me estoy acostumbrando a cargar el peso de mi laptop. Me pedí, por supuesto, un frapuccino de moca, el tipo que me atendió se demoró mas de lo debido para entregarmelo. No pude evitar decirle, que sea mas cuidadoso con los pedidos (le habré parecido una chica amargada o una vieja problemática) en fin, las dos situaciones me causaron risa después.
Le pedí a mis amigos un momento a solas, porque tenía que tipear mi artículo. Conversamos, mientras caminamos hacia el depa de Gonzalo, (muy cerca de allí), pero antes pasamos por una especie de mercado de pulgas. Cuando terminé de tipear mi artículo, le dije a Pancho (el boxer, mascota de Gonzalo) que lo había extrañado, él pareció entenderme y movió lo poco que tiene de cola y posó su cabeza sobre sus patas e hizo un ruido como de agotamiento (seguramente, quería que alguien lo saque al parque).
Guardé todo en la mochila, me despedí de la mamá de Gonzalo, quién me sugirió que no perdamos (Tontys) el contacto. Me fuí a buscar a los chicos en un parque cerca de allí, donde seguramente estarían. Eran dos cosas, o no iba ese día y había una especie de maldición de no encontrarnos los 5 como dijo Gianfranco, y me quedaba con todo el tiempo del mundo redactando mi artículo en casa, o iba al encuentro con ellos, me aislaba unos minutos pero al final estaría con ellos, definitivamente. Llegué apurada al lugar, donde Gonzalo y Gianfranco ya estaban jugando fútbol, bueno en realidad yo apoyo lo que dice María Inés "estan corriendo tras la pelota nomás" jajajaja. Estaba un poco desorientada. Me había perdido de estar con ellos por un rato, pero luego todo fue automático.
Llegué tarde y cansada, recien me estoy acostumbrando a cargar el peso de mi laptop. Me pedí, por supuesto, un frapuccino de moca, el tipo que me atendió se demoró mas de lo debido para entregarmelo. No pude evitar decirle, que sea mas cuidadoso con los pedidos (le habré parecido una chica amargada o una vieja problemática) en fin, las dos situaciones me causaron risa después.
Le pedí a mis amigos un momento a solas, porque tenía que tipear mi artículo. Conversamos, mientras caminamos hacia el depa de Gonzalo, (muy cerca de allí), pero antes pasamos por una especie de mercado de pulgas. Cuando terminé de tipear mi artículo, le dije a Pancho (el boxer, mascota de Gonzalo) que lo había extrañado, él pareció entenderme y movió lo poco que tiene de cola y posó su cabeza sobre sus patas e hizo un ruido como de agotamiento (seguramente, quería que alguien lo saque al parque).
Guardé todo en la mochila, me despedí de la mamá de Gonzalo, quién me sugirió que no perdamos (Tontys) el contacto. Me fuí a buscar a los chicos en un parque cerca de allí, donde seguramente estarían. Eran dos cosas, o no iba ese día y había una especie de maldición de no encontrarnos los 5 como dijo Gianfranco, y me quedaba con todo el tiempo del mundo redactando mi artículo en casa, o iba al encuentro con ellos, me aislaba unos minutos pero al final estaría con ellos, definitivamente. Llegué apurada al lugar, donde Gonzalo y Gianfranco ya estaban jugando fútbol, bueno en realidad yo apoyo lo que dice María Inés "estan corriendo tras la pelota nomás" jajajaja. Estaba un poco desorientada. Me había perdido de estar con ellos por un rato, pero luego todo fue automático.
Jugamos fútbol. Estaba con botas, pero que rábanos! me importo un bledo. Jugué fútbol y metí el primer gol, aunque mi equipo (Gonzalo, María Inés y yo) no ganó. Bah!...ganamos todos. ¡Qué genial la pasé!. Realmente, podría jugar fútbol todos los sábados con ellos. Good friends are for keeps!
Luego, en la revista...conocí a los demás redactores, tomamos café...la pasé muy bien, hice nuevos amigos. Llegando a casa...llamé a R! para desearle un feliz cumpleaños el domingo.
Tomé jarabe, porque la gripe le había hecho un daño a mi voz...leí un poco, ví tele...y a dormir.
Luego, en la revista...conocí a los demás redactores, tomamos café...la pasé muy bien, hice nuevos amigos. Llegando a casa...llamé a R! para desearle un feliz cumpleaños el domingo.
Tomé jarabe, porque la gripe le había hecho un daño a mi voz...leí un poco, ví tele...y a dormir.
Domingo 31:
Salió el sol y, no pudo haber mejor idea que almorzar un señor ceviche, tomar inca kola, comer chifle y canchita con mi familia. Antes, estuvimos paseando por el centro de Lima. Más tarde, llegamos a casa...ví un poco de tele y cerré el domingo, con un delicioso dulce de lúcuma.
Estuvo muy bien, para ser tres días...
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