Había sido un día agotador...solo quería irme a casa pero aún me quedaban responsabilidades por cumplir en la universidad...y confieso que por un momento me dieron ganas de mandar todo a la porra pero a mi manera :P ( por eso a veces pienso...que ser paciente -en esos casos- es una ventaja)
El día tenía esos ingredientes de esos días en los que ni ganas se tiene de hacer nada...llevaba una cara de sueño ( y felizmente que a partir del lunes ya no será mas así) el estómago vacío, buscando a quién molestar...al menos encontré a alguien y por suerte luego me encontraron a mi :D
El remate de aquella tarde (de ayer) fue la conversación con una amiga...como siempre uno dice pero a veces no hace lo que dice...( son cosas), admito que el cansancio me había quitado las ganas de ir a la presentación del libro de Santiago Roncagliolo. Al final, sin reportera, la productora tuvo que ir, o sea yo. Si o si no pude escapar.
Quedé con el árbol, porque ultimamente ando confundiendo los lugares y gracias a todos los santos no termino perdiendome jajaja...y asi fue...la combi asesina se demoró mas de lo que mi poca paciencia esperaba y cuando estaba a punto de estallar con el cobrador (personajes con los que no suelo llevarme)...el me avisaba que ya estabamos en la av. Velasco Astete...
Si, me demoré y encima me quejaba. No decía que tenía y me seguía quejando. Hacía muchas muecas y decía frases sueltas, pero nada en concreto. Miraba tras la luna del tico amarillo, las luces de los autos me mareaban y a la vez ignoraba a quién me preguntaba que me pasaba.
El caso es que a penas bajé del auto miniatura ya estaba haciendo cola para entrar a la sala donde en pocos minutos entraría el.
Los parpados se me cerraban de sueño y casi estaba sentada como una couch potato, hasta que de pronto, quién había ignorado hasta ese entonces me dice "acaba de llegar Roncagliolo, ahi va".
Que habrá sido, digo yo. Solo recuerdo que opte por sentarme en una posición mas decente y prestar toda mi atención al personaje que llevaba una camisa azul.
Y despues de una frustada intervención o discurso politico como dijeron algunos, de la congresista Luciana León, ( cuando solo se había solicitado una pregunta) y reacciones sobre politica, pifeos, timbres de celular ( lo que nunca y por nada del mundo falta en cualquier clase de reunión donde antes de comenzar un señorita guapa o joven guapo dice "por favor sean tan amables de apagar sus celulares"), el ambient estaba tenso, pero el escuchaba y todo lo tomaba con buena onda, o sea por el lado amable.
No digo que odio la política, pero tampoco es algo que me agrade, mas bien es algo que simplemente uno tiene que saber, pero creo entender lo que le paso a Luciana. Ella se olvido de su posición de congresista de la republica y solo fue una joven emocionada que quería agradecer la presencia de aquel escritor que vestía de azul (ya van dos veces que lo digo :P) y asi fue, dijo que los nervios la podían traicionar y escribió su "pregunta" que en realidad era un "oda a ti". Su voz resquebrajada y hasta timida, me hicieron pensar que iba a llorar, ya que el rechazo de la audiencia hacía su persona, era mas que evidente.
El árbol quiso preguntar pero creo que seguía en estado de "ignorado", aunque para ese entonces mi humor ya había mejorado, y poco a poco me olvidaba de ser monosilabica. Casi me atrevo a preguntar pero me acobardé, como que el pubico no sea ve muy amigable (pensé) y seguro que los señorones me mandaban a callar. Hasta que de pronto se dejo escuchar en la reducida sala del centro cultural de la catolica, la voz de un chico que decidió intervenir de tal manera; " Santiiiiiiiiii!", ( que frustante es aguantarse la risa, y a mi que me encanta reir hasta morir) bueno, tampoco puedo ser prejuiciosa pero, creo que hasta yo hubiese sido mas seria.
Finalmente, bebí pisco sour :D y ya casi todo acababa. Todo el mundo salía de la sala a parlotear, a comer y a beber. Mientras yo comprobaba que el saludo que había conseguido despues de que se dijo la ultima palabra, se había grabado. Todo mejoró considerablemente, tenía mi celular en mano y mientras decidía que hacer, observaba al escritor de azul firmar los libros o su cuarta espada.
Me encanta tomar fotos por eso la paso genial con mi celular :D. Asi me evito de tener que llevar mas cosas, aunque confieso que mejor hubiese sido llevar una camara digital pero igual con mi celular siempre todo de pelos.
No me quedé con las ganas y me tomé una foto con el hombre de azul, pero antes alguien lanzo una sugerencia y fue la mejor, "un besito" (¡una genial idea que tenía que ocurrirsele a alguien!)
Despues de todo este trance y llegar a casa, dormí convencida una vez mas de que cualquier cosa por mas minima que sea puede cambiarle la cara al día o a lo que queda del día, y lo demás desaparece, por eso creo en los detalles ( esto me recuerda un comercial de una bebida :P) es decir, sigo pensando que lo sencillo es lo verdaderamente grande.
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