Ahora que, son algunos minutos de lo inesperado y de los recuerdos, como en la combi, en el ascensor, en el salón o incluso tomando un helado de chocolate que venden en la universidad, que por cierto esta de diez , concluyo que me gusta demasiado la lechuga como para compararte con su frescura (aunque es inevitable).
martes, noviembre 20, 2007
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