No tengo tema. No tengo la hora exacta ni la aproximada para una pregunta mas. No tengo ganas de escribir sobre lo que no has leído. No tengo ganas de escuchar a Bach o a Chopin. No tengo ganas de escuchar a Alejandro Sanz, ni a UB40, ni a Fito Paez, ni a Calamaro y menos a Sabina, Serrat o a Silvio Rodriguez. No tengo ganas de transcribir lo que ayer escribí en mi cuaderno negro desde la couster asesina. No tengo ganas de verte en todas partes, no tengo ganas de hablarte para decirte que quiero verte. No tengo ganas de comer un chocolate, ni mucho menos un pie de limón. No tengo ganas de estirar mi melancolía para que le des la espalda a mi balcón. No tengo ganas de acariciar tu mejilla para que mires al suelo y no me encuentres. No tengo ganas de gritarle al perro de mi vecina porque esta tarde me mordió. No tengo ganas de subir a la azotea con la excusa de tender algun pantalon. No tengo ganas de descubrir lo que el árbol descubrió cuando su amada le habló. No tengo ganas de saludarte, en despedidas no creo yo. No tengo ganas de dormir, porque el sueño, tu y yo lo tenemos roto. No tengo ganas de ir por un triz para enganchar mi pregunta a un anzuelo para tu respuesta. No tengo ganas de mirar al cielo y darme cuenta que ya es de noche, porque solo la nada acontece.