-Confieso que una vez me llamo la atención un chico, que estaba sentado casi en la parte superior del carro। El lápiz, la hoja y la mano apoyada buscando que atrapar। Mi mirada se centro en lo que pronto escribiría। Un plano detalle de unas manos que me daban curiosidad, era la inspiración, fue tal vez que siempre me llama la atención cuando veo a quien sea presto a esa acción (...) La escena del carro la recuerdo firmemente, pero no como la escena de aquel chico que escribía, sino como la escena de aquella hoja en blanco por llenar, por saber lo que se escribiría ahí, eso me intrigaba, siempre me intriga.-
lunes, marzo 26, 2007
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