sábado, marzo 17, 2007

Ella me dijo; vení.



Voy a despedir a un amor de obelisco
Con el mal tiempo. Hoy, sin ningún tango.
Gris de cautelas, sutil artero.

Vulnerable, despiadado, incobrable.

Ojos de un viernes que no se oxidan
Insectos que se esconden antes de mi noticia,
Verdades que me avivan. Los extrañados.
Sonrisas que entorpecen la huella cocida
¿Quién espera una despedida para celebrar?
He llegado, pero aun sigo viajando.
En cuatro horas. Presente, aquí regreso.

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