martes, noviembre 27, 2007

Algo así como un diario (y yo siempre he querido uno)

Desde hace días me vengo diciendo que tengo que cambiar de anteojos, en realidad desde hace meses, y me volví a acordar hace dos meses, hace una semana, precisamente hoy.
Estan rayados y ahora se que el antireflex es monería o en todo caso a mi ya no me convence. Ayer mientras me mimaban un poco :p me di cuenta que mis lentes tienen algunas manchas debido a la ultima vez que decidí teñirme el cabello. Como a todos, han sufrido innumerables caídas, las lunas estan un poco picadas debido a eso, estan flojos y si corro o algo por estilo no es novedad que se me caigan.
Hace poco, estuve en una clínica de ojos, prensencié varias opraciones de rayo laser al ojo y una de catarata, era zona restringida pero claro estaba de cámarografa, era un reportaje e ahí el porque de estar ahí ( por cierto fue una experiencia genial)
Las dos son operaciones simples y rápidas, sobre todo me sorprendió la rápidez con la que se opera ( aunque depende como dijo el doctor de "unas manos bien entrenadas") y se recuperan los pacientes. No cabe duda que la tecnología en este caso acelera las cosas y ha generado ventajas, pero a pesar de estar segura que estas operaciones no son riesgosas, no puedo decidirme aún si someterme a una.
He hablado con mi padre al respecto, el esta muy decidido, en mi caso, prefiero sobrellevar el tema, tal vez sea cobarde para estas cosas o será que simplemente el ambiente a clínica o a hospital no me agrada mucho ( sobre todo si yo soy la paciente).
Desde que perdí una vez mis lentes cuando estaba en el colegio y me quedé sin ver bien por dos días, entendí la importancia de ellos en mi vida y a partir de entonces he tenido otros -de repuesto -como dice mi padre. No digo que nunca me los he puesto, pero siempre que lo hacía, los que me veían me dijeron lo mismo, sinceros o no, tal vez queriendo serlo simplemente: "te ves distinta", "no te quedan esos oye, ¿y los otros?" "¿y que pasó con tus otros lentes, los perdiste?" "son muy grandes" "esta bien, porque tu tienes ojos chiquitos", en fin, a veces es mejor que los demás no opinen, salvo que uno se los pida.
Ahora recuerdo que esos lentes los compré con los ánimos de estar en otro planeta, propio de quién tenía 17 o 18 años, solo porque quería algo diferente. Ahora pienso que no siempre -lo diferente -trae satisfacciones, o te decepciona a largo plazo, o en lo mejor de los casos a corto plazo.
Aún cuando termino de escribir esto, sigo pensando que los anteojos que llevo puesto ya cumplieron con mis ojos, pero todavía no me da la gana de reemplazarlos. Solo espero que con estas ganas, no este empeorando mi visión.

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